Los diferentes estudios presentados en el congreso de la SET sobre patología dual concluyen que las drogas y los trastornos de la mente van estrechamente unidos, según Marta Torrents, del Hospital del Mar, en Barcelona.
Los datos aportados por Torrents son explícitos: los consumidores de sedantes, tranquilizantes y opiáceos tienen hasta cinco veces más riesgo de sufrir un trastorno afectivo. Dicho riesgo se multiplica por tres en el caso de que el tóxico de abuso sea el cannabis.
Por otra parte las personas con un trastorno maníaco tienen seis veces más probabilidades de consumir sustancias adictivas que la población general, y las que tienen depresión tres veces más, indicó Torrents.
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