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Comunidad Terapeutica Haize-Gaim

Ctra. de Artikuntza, km. 22
20180 Donostia San Sebastian
T. 943 47 38 64


PATOLOGÍA DUAL EN LA COMUNIDAD TERAPÉUTICA HAIZE-GAIN.
Amalia Urquiola. HAIZE-GAIN.

1. INTRODUCCIÓN

En el inicio del programa de la Comunidad Terapéutica Haize-Gain (década de los 80) las llamadas patologías psiquiátricas eran excluidas, por las dificultades añadidas que presentaban.

En los últimos cinco años aparece un cambio en el modo de consumo (más pacientes consumidores de cocaína, drogas de diseño, alcohol) y aparece una disminución de la demanda “tradicional” (pacientes heroinómanos, de estructura neuróticas).

Esto nos obliga a ampliar la oferta a pacientes muy diversos con estructuras de personalidad graves, más psicóticos y obliga a adecuar el recurso siendo más abiertos y flexibles, manteniendo la filosofía de la Comunidad Terapéutica, caracterizada por la participación activa de los pacientes en la resolución de sus conflictos, desde una estructura que contiene y un equipo de profesionales que orientan e intervienen allí donde los pacientes no tienen resultados, reconduciéndolos. Entendiendo la adicción como síntoma que encubre y enmascara otras dificultades del sujeto que corresponde con una estructura psíquica.


2. DIFICULTADES, CÓMO UBICARNOS. ¿CON QUÉ PERFIL NOS ENCONTRAMOS?

Cada vez con más frecuencia nos encontramos con pacientes con el trastorno llamado Patología Dual, es decir jóvenes sujetos con una enfermedad mental severa con tendencia a la cronicidad (trastornos de personalidad, trastornos psicóticos y trastornos afectivos principalmente) que realizan un elevado consumo de drogas y un elevado consumo de servicios sanitarios.

La coexistencia de estas dos enfermedades dificulta el diagnóstico, el consumo de drogas enmascara la sintomatología, unido a la dificultad que muestran los pacientes en reconocer problemas más allá de la droga, su desconfianza y poca colaboración hacen que en los primeros encuentros hablemos de una primera APROXIMACIÓN DIAGNÓSTICA, que se irá completando más adelante y se irá ajustando el tratamiento a cada persona.

Vemos que es necesario determinar cuál es la estructura psíquica del sujeto que ha
podido ser un factor de vulnerabilidad para la dependencia (hipótesis de la automedicación) o ser de origen independiente.

Haciendo un repaso a su biografía, vemos cómo aparecen en la infancia-adolescencia problemas de hiperactividad, déficit de concentración, retraimiento social, alimentación, conflictos con la autoridad, entre otros.

Por sus características, estos pacientes se muestran conflictivos, manipuladores y
provocan frustración a los profesionales.

Pensamos que es mejor tratar SIMULTÁNEAMENTE las dos patologías y lo más adecuado proponer un tratamiento desde un MODELO INTEGRAL, que permita una intervención continuada en el tiempo insertado en un proceso de rehabilitación social. Esto implica:

o Una desintoxicación.
o Un control farmacológico- Asistencia psiquiátrica.
o Psicoterapia de larga duración.
o Terapia familiar.
o La C.T. como un recurso más de rehabilitación dentro de este proceso.

Es necesario realizar un buen diagnóstico clínico que determine:
o La estructura psíquica del sujeto.
o Las característica de los síntomas.
o Unas orientaciones precisas que permitan empezar a trabajar en la Comunidad
Terapéutica.
o Recoger las diferencias entre los pacientes y ajustar la oferta a sus
características, menús a la carta, permitiendo la derivación a otros tratamientos
complementarios.

En este sentido la Comunidad Terapéutica ha tenido que ir cambiando y flexibilizándose, utilizándola en un primer momento como centro de día, para poder ir afinando el diagnóstico, ver cómo se adapta el paciente y que su ingreso sea progresivo y menos traumático.

Los trastornos que aparecen con más frecuencia serían:

o Trastornos psicóticos: persona que previo al inicio en el consumo de drogas
presenta patología psiquiátrica (autismo, descompensaciones psicóticas,
paranoias, diagnóstico de esquizofrenia) y requieren de neurolépticos.

o Trastornos afectivos y del estado de ánimo: depresiones graves con riesgos
suicidas. Personas con un fuerte dolor psíquico, que en ocasiones han
provocado el ingreso en unidades psiquiátricas. Fuerte ansiedad, obsesivos
compulsivos.

o Trastornos disociales y límites: con adopción de roles sociales marginales,
donde la agresividad, problemas legales y sociales son grandes (menor apoyo
socio-familiar, desempleo,...).

3. ¿QUÉ ASPECTOS NOS ENCONTRAMOS A TRABAJAR EN LA COMUNIDAD TERAPÉUTICA?.

o “¿Toxicómano o enfermo mental?”.

Para los pacientes y familiares “es mejor toxicómano que loco”; “no estoy enfermo, es vicio”; “puedo dejar de drogarme y desaparece la enfermedad”; “no necesito mediación”, “los síntomas se deben a la droga”. Esto los resguarda de aceptar su enfermedad psíquica.

Por otro lado, en el entorno social, entre los jóvenes es mejor consumir droga, que “estar loco”. Además los servicios de atención a drogodependientes se han desarrollado mucho en los últimos años, hay variedad y más fácil acceso que en los recursos psiquiátricos.

o Otro aspecto sería la coordinación con otros profesionales.

En ocasiones existe confusión entre los profesionales; en psiquiatría suelen plantear que es un problema de toxicomanía (no se adaptan a tratamientos clásicos y los servicios de toxicomanía nos preguntamos ¿qué hacer?).

Es muy necesario coordinarse con recursos socio-sanitarios del entorno del paciente para que permita una intervención continuada en el tiempo.

o El manejo de la medicación, una vez “aceptada” la enfermedad; asumir esto
desde la comunidad Terapéutica requiere de una comunicación continua con el
responsable para ir ajustándolo y que el paciente pueda ir participando de la
vida diaria.

- Aparece un gran botiquín en la C.T.
- La medicación se toma delante del educador.
- Se realizan más salidas a los Centros de Salud Mental, psiquiatras,
terapeutas, etc, en los que participan sus familiares.
- Aparecen momentos donde se puede utilizar el fármaco con el
objetivo diferente al prescrito (colocarse).
- Deseos de “dejar de tomar la mediación”, sobre todo con trastornos
psicóticos. Por efectos secundarios y el dolor de salir de la
enfermedad.

o Intervenciones en crisis: son episodios recurrentes que van apareciendo en el
tratamiento. Es muy importante la contención y capacitación por parte del
equipo para reconocer los episodios y abordarlos. Son situaciones de mucho
estrés para las personas del equipo y grupo de pacientes. Por ejemplo aparecen situaciones , síntomas, dejar de comer en pacientes con anorexias, explosiones de agresividad, retraimiento, dejar de trabajar, etc...

Los momentos de salidas son especialmente delicados, mayor ansiedad, estrés, importante el trabajo con la familia, servicios dentro de su entorno...

o Aceptación de las diferencias y limitaciones entre los propios pacientes: la
sintomatología diferente provoca conflictos en el grupo, como por ejemplo en el
ritmo de trabajo –paciente psicótico, ¿es un vago o es la medicación?-. envidias, rivalidades, diferencias en el tiempo de tratamiento-¿por qué él más tiempo y yo menos?-.

El abordaje en situaciones de estrés requiere de una planificación cuidadosa,
cuidando de exponerse a situaciones directas de confrontación en el grupo
(vete a la cama, al gimnasio, haz esta reflexión, etc.). Tutorías cortas, estar el
educador más presente, etc...

o La finalización del tratamiento también es un momento crítico. En estos
pacientes el tratamiento corto es menos frustrante. Muchos no terminan, otros
se quedarían toda la vida...

Es importante anticiparse con tiempo y realizarlo de modo gradual, permitiendo las despedidas, entendiendo que el trabajo tiene que continuar en su entorno. Necesidad de seguir controlando la medicación, de realizar psicoterapia y estar en contacto con servicios sociales.

4. ALGUNAS NECESIDADES QUE HA PROVOCADO EN LA ESTRUCTURA DE LA C.T.

o Si unido a estos pacientes sumamos otras problemáticas (SIDA, nuevas formas de consumo, problemas judiciales, laborales, etc) sugerimos un nuevo enfoque, donde la Comunidad Terapéutica se presenta como un espacio flexible y abierto, de consecución de OBJETIVOS INTERMEDIOS.

Es decir, ir capacitando al paciente para entender de sus limitaciones. Por ejemplo: tendrá que tomar mediación, continuar desde otro lugar su tratamiento de psicoterapia, a lo mejor no puede trabajar 8 horas pero si 4, etc...

o Necesitamos de una ADECUADA PREPARCIÓN tanto del área terapéutica como
educativa, donde se pueda reconocer los trastornos psíquicos de los pacientes y
capacitarse para manejarse don más estrés, intensidad emocional y trabajo. Nos
hemos tenido que ir adaptando a cambios rápidos en la demanda de los pacientes.

o Necesidad de REFORZAR AL EQUIPO, más personal, para reforzar el servicio y poder contener y atender las demandas tan diferenciadas en cuanto a los sujetos y el stress emocional intenso que supone este trabajo. A veces hay “mecanismos” dentro del equipo para quedarse con menos pacientes.

o Necesidad de una buena COORDINACIÓN entre educadores y terapeutas; a veces surgen conflictos. Hasta dónde la flexibilidad, hasta dónde el límite.

o En este sentido planteamos también una necesidad de SUPERVISIÓN, que ayude a comprender las situaciones emocionales en las que nos vemos inmersos.

5. CONCLUSIÓN.

El tratamiento a drogodependientes con trastornos psiquiátricos es un trabajo complejo, que exige coordinación de diferentes recursos. Desaparece la droga pero puede persistir el trastorno psíquico de base.

La atención sectorial a cualquier de los problemas que configuran la problemática del sujeto (dependencia, salud, judicial, familiar, integración sociolaboral) sin intervenir en los problemas base, cronifica la situación y hace que los sujetos reproduzcan constantemente demanda asistencial. Es necesario un tratamiento paralelo.

Tenemos que integrar la importancia de un apoyo farmacológico que controle los síntomas, revisando la medicación periódicamente con su médico o psiquiatra fuera del centro.

Es importante también el trabajo con la familia, ayudarles a comprender que no está hecho todo después de la droga y proseguir el tratamiento más allá de la C.T.
Las recaídas hay que tenerlas en cuenta no como fracaso, sí como parte del tratamiento.

Al finalizar su estancia en la Comunidad Terapéutica es conveniente seguir fuera del centro con una medicación, psicoterapia, apoyo familiar y otros recursos específicos a nivel de inserción socio-laboral.

Es importante que el paciente aprenda a reconocer los síntomas más allá de la droga, para pedir ayuda y no cronificar su situación con reiterados ingresos psiquiátricos y puedan sobrellevar la enfermedad lo mejor posible.

La Comunidad Terapéutica debe ofertar un buen marco grupal, que se adecue a las diferentes necesidades de las personas, si excluir la atención de lo específico de cada problema.

REFERENCIAS

- “Aproximación al tratamiento a drogodependientes con trastornos
mentales en la Comunidad Terapéutica”. Gabriel Roldán Intxusta.
- Jornadas “Abordaje Multidisciplinar del Diagnóstico Dual”,
presentado por Dra. Cortajarena. Hospital de Zamudio. Febrero,
2000.
- “La Comunidad Terapéutica hoy: un lugar de patologías compartidas
(diagnóstico dual). P. Semboloni. Las Comunidades Terapéuticas:
pasado, presente y futuro. Instituto Deusto de Drogodependencias,
2002.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola, compañer@s. Soy psicólogo en una comunidad terapéutica perteneciente a la red pública de atención a las drogodependencias en Andalucía. Decir que en nuestras comunidades terapéuticas, a fecha de alta, se estima sobre un 40% de casos de patología dual. Afortunadamente, los equipos terapéuticos se han adaptado plenamente a este situación, lo que ha requerido la implantación de estrategias relacionadas con la homologación de los programas terapéuticos, la formación continua de los profesionales y la mejora del clima grupal. Sin embargo, mantenemos abiertos debates similares a los que planteáis en el blog (límites vs flexibilidad, terapia centrada en el grupo vs terapia individualizada, etcétera). Desde la distancia, animaros a que continuéis con la labor que desarrolláis eficazmente desde hace años: mejorar la sociedad. Un saludo.